Desaparecer. Eso me dijeron que tenía que hacer respecto a ‘Cero’. Sí, ‘Cero’ es el del cual me niego a hablar porque ya me cansé de contar su historia. Precisamente porque contar su historia significa recordarme que ‘Cero’ ha cavado mucho más profundo que Uno, Dos, Tres, Cuatro y cualquier número que pueda seguirle. Si me pongo cursi podría decir que ‘Cero’ es mi primer amor de verdad, pero no queremos caer tan bajo, ¿o si? Un día con Miley Cyrus de soundtrack ya fue suficiente.
En fin. Considerando los últimos acontecimientos quizá sea necesario hablar de ‘Cero’ una vez más porque voy a desaparecer, o eso quiero creer.
Esta semana tuve un re-encuentro. Me re-encontré con mi mejor amiga de la infancia que, estoy seguro, pronto se convertirá en mi mejor amiga de infancia canadiense. Y como todas nuestras juntas de re-encuentro chequeamos la lista (inconscientemente, claro) de actividades.
Tiempo de Ocio. Done.
Comida Rica (Sushi). Done.
Conversación Familiar (De verdad me siento parte de esa familia). Done.
Película. Done.
Conversación Terapéutica hasta altas horas de la madrugada. Done.
Una vez más, en esa conversación terapéutica, tuve que volver a contar la historia de ‘Cero’. Es larga y requiere tiempo pero puedo dar unos snapshots. Como esas escenas cuando alguien saca una foto y hay un flash brillante, luego del cual cambia la escena.
Escena #1. Marzo 2008. Nos conocemos, nos encontramos. Él se acerca con la personalidad que no le falta a hablarnos a mi y a mi amiga.
Escena #2. Mi amiga, sin tino alguno, lo saca del closet. Yo miento.
Escena #3. Dejo de mentir. Salimos en una no-cita. Tal como se lee: una no-cita. Sólo pasamos todo el día juntos. Almorzamos en un restaurante (No un McDonalds o un Sunway, un RESTAURANTE). Caminamos bajo un día gris (Yo uso una chaqueta que me da contextura de oso). Tomamos de un mismo helado con dos cucharas (De UN MISMO helado). Conozco a su hermano (En la primera NO-cita). Vamos al cine. Un día que comienza a las 11.30 AM y termina a las 21.30. Pero repito, NO ES UNA CITA. Claramente, luego de tal día, es inevitable hacerme la pregunta más obvia, pero la rechazo.
Escena #4. Acá se haría necesario el uso de esa técnica de aceleración del tiempo, donde se repite la misma escena con distinto vestuario a una velocidad que indica una rutina. Nos vemos esporádicamente en la universidad, conozco a sus amigos y me hago el centro de sus ‘burlas’. De sus tallas que me unen a mi y a ‘Cero’ a un amor forzado. No presto mucha atención (o eso quiero creer).
Escena #5. Escapo del infierno académico pero, al mismo tiempo, me pesa salir, dejarlo a él y a un par de personas más.
Escena #6. Enero 2009. 10.30 PM. Solo en su casa me pide que vaya. Vive al otro lado de Santiago. 11.30 PM. Estoy en su casa. Comemos, conversamos sin censuras, vemos videos japoneses hasta eso de las 5 de la madrugada. Compartimos cama. No, no pasa nada.
Todo, desde la Escena #1 hasta la Escena #6 empieza a pesar en mi. Nuestra extraña amistad se ha puesto borrosa. No, ha sido borrosa desde un comienzo. No hay líneas divisorias, no hay límites y, como dije, comienza a pesar y me empiezo a perder.
Escena #7. La Catarsis.
Escenario: Un supermercado, sector de las carnes.
Personajes: Yo, claramente. Cero, claramente.
La pregunta: ‘¿Te gusto, o no?’ Así, sin ningún filtro. Ni siquiera sabía que tenía tantas agallas.
La respuesta: ‘Es que… es como… No sé’.
El Soundtrack: Beth – Deep Inside (I will pretend that I’m happy so you won’t come back again / But lie to me one more time just to anesthetize my mind for a moment)
La consecuencia: Un constante ir y venir entre querer sacar a Cero de mi vida y ser demasiado débil para hacerlo.
Escena #8. La situación de hoy: Amistad. No sana. Aún no puedo entender a ‘Cero’. Mi ego quiere creer que si. Que sí era la respuesta a la pregunta, que sigue siendo la respuesta a la pregunta que es ahora implícita. Al mismo tiempo, mi ego no quiere dejar a ‘Cero’ ganar. ‘Cero’ que cree que siempre estaré allí, esperando que se decida, que tome la decisión. (‘Maybe true love is a decision, you know. A decision to take a chance with somebody ... Maybe love is not something that happens to you, maybe is something you have to choose’. En las sabias palabras de Brittany Murphy en ‘Love and Other Disasters’).
Pero ya me rendí, lo que no implica que cada movimiento de ‘Cero’ no sea un agente catártico en mi vida. Lo es, y lo odio porque va más allá de mi campo de acción. Incluso el otro día tweetié: “There are some things I really don't know how to handle... one of those is...” “One of those is you”. It’s him. Eso luego de un torpe ataque en el cual quise parecer en control de la situación, pero claramente resultó ser un desastre. Pero no puedo dejar que siga creyendo que estoy ‘allí’, a su alcance, siempre esperando. No. Ya no quiero esperar. Ya me cansé de esperar.
Entonces, ¿Qué dice la sabia amiga? Como una especie de ultimátum me dice: “Desaparece. Tienes que ser paciente, cuesta; pero es la única forma de que se avispe. Ahora, si no reacciona…”. Desde hoy entonces, desaparezco. No estaré allí para ‘Cero’ cuando quiera otra cita no-cita, cuando necesite que alguien vaya a verlo en medio de la noche, simplemente no estaré. Seré una sombra. Alguien quien alguna vez creyó tener comiendo de la palma de su mano. ¿Cómo lo haré? No tengo idea. Sólo espero ser lo suficientemente paciente y lo suficientemente fuerte como para resistir. Suelo ser débil.
Quizá, en un arranque discursivo de un cambio radical debería también dejar de lado a ‘Uno’, ‘Dos’, ‘Tres’ y ‘Cuatro’. No sacarlos de mi vida, simplemente olvidarlos como parte de esa lista de pseudo-pretendientes y esperar a que lleguen los nuevos, los que esta vez no deberían ser números. ¿Quién sabe? Tal vez sea lo mejor.